he descubierto por fin (¡qué gran logro!)
la utilidad de los versos que escribo
que comprimidos cual cubo sintético
de polvos compactos
me dictan qué hicimos
y cuando leo
los labios que lloran a Blanca de quince, de veinte y contigo
siento mis dedos
tiritar desnudos
mentiéndose en funda de esos que fueron
que teclearon por esta mirilla
tu nombre
escondido
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