sábado, 30 de abril de 2016

30

me derrumbo
me caigo y me derrumbo
no encuentro el sentido ni la razón y no puedo hacerlo
no lo encuentro
no lo entiendo
no lo sé
nunca lo sé
me derrumbo
me caigo
me caigo
me caigo
ya no me levanto
me caigo del suelo
no creas
no le creas
no creas nunca que no puedes caer más, ni más abajo
mentira
me caigo
me empujan
me tiran
me tiro
me caigo
me derrumbo
me muero.

domingo, 24 de abril de 2016

Elecciones literarias

Dice mi profesor de literatura universal que el poeta es aquel elegido que posee mayor sensiblidad y percepción de la realidad. Y esto es cierto, daros cuenta, las obras maestras no surgen de la nada: como los artistas. Un poeta es un artista, un filósofo... algo parecido, añade, pero cambiando sentimentalismo por razón y percepción existencial.

Yo no soy poesía ni filosofía, ni versos de tres cuartos e ideología terminal, pero si así fuera y hubiera nacido con esta suerte menuda putísima mierda. Si he sido en algún momento elegida para algo entre todos los demás y esto es lo que me toca (escribir métrica, pensar mentiras, morir de hambre y vivir de más), ojalá se hiciera justicia aquello del arte y por lo menos me sirviera para hacer creer mentiras, estipular y estudiar.

Bien, bueno, no podía ser elegida para echar rayos láser por los ojos, caminar por el techo o ser Lana del Rey.

viernes, 22 de abril de 2016

Cruda realidad

Que sigan, que sigan amenazando con infierno habiendo superado aforo máximo.
Poco se habla, llegado a este punto, de negocios y marketing firmados con S (no Señor) de Satán.
Ni un solo mes de escasez en la historia, sin ni un poquito de publicidad.

domingo, 17 de abril de 2016

Mal tiempo

Hoy me he puesto la alarma otra vez a las seis solamente para llorar. Hace días que ya no duermo por el miedo que se atusa al pitido del reloj. 
Me gusta repetirme lo bonito que es vivir en Abril, el mes más comprensivo del mundo. Nace la primavera y se lava la cara, hasta el cielo se viste de negro... que es el color más elegante que hay. No hace falta pintarse las uñas de los pies, porque a los charcos no les importa que bailen desnudas, tampoco he encontrado nunca a nadie que enloquezca con los acordes que brama el cielo la semana tres.
Yo siempre vivo en Abril, y a veces lo odio, a veces no. 
También suelo repetirme que es mejor que así sea; Abril pega más con libros, canciones tristes y café frío. Y hay veces que no está frío, ni templado ni caliente; hay otras que ni siquiera es café... 
pero siempre que madrugo llueve dentro de mi cama, hace frío y es Abril.
Hay horas, semanas, meses incluso, que ansío el momento en que la alarma ya no pite, y me deje  levantarme, no pido tanto, a seis de julio a las tres de la tarde. He tratado de esconder ese maldito reloj bajo la cama, pero chilla tan alto que es imposible prescindir. 
Julio es más bonito, el sol quema y ríe alto... pero hoy —y siempre todavía es Abril.

jueves, 14 de abril de 2016

Verdad irrefutable número 6

¿Es que el feminismo se ha puesto de moda, por fin?
¡Tras años de esfuerzo conseguimos encabezar la igualdad como orden del día!

miércoles, 13 de abril de 2016

Angelito

Aprendemos y educamos según palabras, letreros de purpurina, dibujos de colores, arcoiris y esperanzas, angelitos que revolotean en algodones flotantes, esponjosos y de azúcar, que solamente son humo y vaho. Los niños crecen creyendo que suplicar con las manos cruzadas, con los ojos cerrados y el deseo en la lengua, los cuentos de princesas existen y las hadas madrinas viajan hasta aquí desde Nunca Jamás. Aceptamos, memorizamos y creemos fielmente toda norma acatada desde la misma cigüeña del primer día de vida. Las preguntas siempre tienen respuesta; los pecados, castigo; el bien nace con nosotros y tres manos nunca están de más. Niños rechonchos dotados de alas se amarran a esquinas de camas de niños. Angelitos de alas negras siempre han sido malos; libres, propios, coherentes y sabios, ¿acaso no he de relacionar el color negro como absoluto?
Es fácil tachar de traidor a todo aquel que quiso aprender por su cuenta.
Considerando día tras día, desde el primer hinchazón de pulmón, que toda carita mofletuda, nariz chata y ojos grandes, no busca sino como meta en la vida querer a personas que causan dolor... ¿cómo han de convencernos de obedecer y creer como gratitud a estar vivo, si no pertenece a nosotros vivir? Angelitos blancos educan a niños a ser buenos, como esclavos del mal. Angelitos blancos, desdichados siervos de ingratos demonios de alas oscuras. El mal siempre gana, y eso no lo narra ningún cuento.
Es fácil tachar de traidor a todo aquel que no quiera dueño.
Es más fácil aún inventar una religión propia que castigue a todo aquel que no crea en cadenas propias. Pero, y así cometemos, como tantas veces en la historia humana, el mismo error que nos encarcela en una realidad ficticia: ¿cómo no habría entonces de salir gente torcida si las normas existen solo para clasificar colores?

lunes, 11 de abril de 2016

Justicias liberales 11

¿Cómo he de alentar a la justicia de una manera justa e imparcial
si es ella la primera que sabe
de su concepto utópico?

La justicia no existe de la misma manera que no existe la libertad.

lunes, 4 de abril de 2016

Diosa Lunar

Selene se viste de gala las noches de inverno, que son más largas. Pasea coqueta sobre alfombras negras de brillantes y purpurina que no necesita sol. Sonríe torcida y dada la vuelta a enamorados, nostálgicos y románticos empedernidos, que son los únicos que asoman la cabeza por la ventana antes de echarse a dormir.
Para Selene todo se tiñe de sombra las noches frías, salvo ella, que baila llena de atención.
Hay noches que escucha como lobos y sirenas le dedican baladas de líricas griegas. Hay noches que se convierte en testigo de juramentos y de secretos no revelados nunca. Hay noches que orgullosa se maquilla con sus mejores talcos y fuegos artificiales vitorean su belleza. Y hay noches que cansada de esperar compañía se esconde en las sombras y nadie se percata de su ausencia.
Nadie llora cuando Selene lo hace porque ella está allí para ser paño de lágrimas. Nadie piensa en la tristeza que se acumula en el cielo las noches que solo hay estrellas para escuchar.

Selene se viste de gala las noches de invierno, que brilla más.