Ayer
hablaba con un amigo (Pablo), y entre conversaciones melancólicas y
sentimientos a flor de piel salió el tema de los cambios y de la vida. Me gusta
mucho hablar de estos dos temas ligados porque considero que uno constituye al
otro en todos los aspectos. Los cambios forman a la vida. La vida son continuos
cambios día a día. Ningún día se parece al anterior, y nadie se parece a ti.
Leí esa frase en una biografía de una amiga y me gustó, qué cosas. Me voy del
tema, el caso es que salió el tema de la vida y de los cambios. Yo le dije que
me gustaban las personas realistas, aquellas que no se engañan a sí mismas,
creo que es la gente de verdad. Él me hablo de la gente conformista, que no
lucha por nada. Y me di cuenta de que soy una mezcla de ambas, y de que no me
arrepiento de serlo, que es lo peor. No me arrepiento de aceptar los cambios y
vivir con ellos, en vez de provocar a esos cambios. En vez de provocar a la
vida, de luchar y ganar la batalla. Es muy fácil escribirlo, Blanca. Llevarlo a
la práctica es otra historia, pero por lo menos ya me sé la teoría. El día que
la lleve a la práctica hago una fiesta, estáis todos invitados. Y chunda
chunda. Y chupitos gratis. Y pulseras de esas que brillan en la oscuridad. Y
vuelvo a irme del tema. Yo justifiqué que era como era a causa de los golpes,
esos que te da la vida continuamente y que hacen que se te haga un nudo en la
garganta, se te inunden los ojos, te caigas al suelo y te pese todo el cuerpo.
Me gusta llamarlos síntomas de la depresión, y he hablado muchas veces de ellos. ¿Causante? La vida misma. ¿Consecuencias? Conformismo, realismo y pesimismo.
Pero
Pablo hizo una metáfora muy buena sobre la vida, que me gusto no mucho,
muchísimo. Y por eso mismo quiero enseñárosla.
‘’Míralo
como un muro. Puedes darte cabezazos contra él y resignarte porque es lo más
fácil. Puedes intentar engañarte y decirte que lo puedes saltar y ‘’morir’’ en
el intento. O puedes esforzarte un poquito y fijarte en que puedes rodearlo.’’
Y es que
me parece que, a mi punto de vista (que no soy filósofa, entendida del tema y
por mucho que digan tampoco escritora), esto explica perfectamente todo. Tanto
lo que es la vida, al igual que el amor para mí, un muro; como cada tipo de
personas, las pesimistas/conformistas/realistas, las optimistas/inconformistas/soñadoras,
y por último y fuera de extremos la mezcla, que como no sé cómo llamarla, será
a partir de ahora las soñalistas.
Soñadoras y realistas. Lo suficientemente alto como para poder volar pero lo
suficientemente lejos del sol como para quemarse.
Y creo que lo más sensato de todo es ser estas últimas, con un poco de todo, en equilibrio y con suficiente sensatez como para rodear un maldito muro... y no saltarlo, atravesarlo o comértelo, básicamente. Seamos sensatos, abramos los ojos y dejemos de imaginar mundos infectados de realidad.