Hola, sí, llamo para quejarme de un problemilla.... pues mire; que nos ha salido
niña. Si yo no tengo nada en contra, ¡soy muy tolerante! Uno siempre quiere un niño, ¡pero qué se le va a
hacer! ¿Puede usted mirarme en el manual de uso...? En septiembre cumple veintitrés.
Tengo que seguir actuando como si esto no me importara.
Tengo que recibir otro golpe y mirar al suelo en silencio.
Tengo que lamerme las heridas sin que se note.
Tengo que escuchar cómo me gritas y callar.
Tengo que vestir el conjunto que me elijas.
Tengo que pensar como tú me has enseñado.
Tengo que aceptar siempre un papel secundario.
Tengo que cerrarme, someterme y tragar.
Tengo que asentir y sonreír a quién te importe.
Tengo que olvidar relaciones que no te gustan.
Tengo que aprobar tus decisiones en mi vida,
igual que tu apruebas las mías antes de empezar.
Tengo que aplaudir, dimitir derechos propios.
Tengo que cuidar, limpiar y cocinar porque soy.
Tengo que renegar de deseos vitales
exceptuando casos de previa admisión.
Pues sí, insisto; me dice que no quiere. Que no le da la gana, vaya, y
que le cambien por algo mejor. Pues por eso le llamaba, oiga, que se cree que
estoy pensando. Si siempre lo he dicho yo… calladita
está más guapa.
Por qué debo insistir por recibir justicia…
Por qué acostumbro a vivir esta miseria
Por qué afirmo que por ser y por no haber sido no merezco
¿Por qué he escrito tengo que y no no quiero?
Soy así y así he sido
siempre por el hecho de nacer.
Me creo lo que digan y no digo lo que creo
He vivido así, y moriré viendo lo mismo…
Me tratan como merezco y como debo merecer.
Dice que no es justo, que está ya hasta los cojones y que no será ella la que busque algo a favor... Pues ya ve, ¡ya ve! Día sí y día también. ¡Siendo una señorita y comportándose así...!
¿Por qué tengo que creerme todo lo que me digan? ¡Eh!
Por más que
intenten mostrarme, venderme y hacerme ver
debo aceptar que jamás tendré voto, ni voz, ni control ni razón,
¡ni aun siendo una más en la
esquela del periódico!
¡¡¡Antes de jugar vuelvo a perder!!!
¿Tratar
de escucharla? No no, si yo escuchar… escucho. Pero mire, es más complejo de entender… Viene con un defecto grave de fábrica, ¿entiende? Es
que ella nació sin pene... ¿sabe?
NOS HACEN CREER QUE SOMOS IGUALES,
QUE LA JUSTICIA EXISTE
Y LOS DERECHOS SE CUMPLEN.
NOS HACEN VER QUE SE NOS ESCUCHA, QUE EL MUNDO EVOLUCIONA Y
TENEMOS RAZÓN.
Somos más de la mitad… ¡Somos más de la mitad! Nosotras
incluso vivimos más…
¡Y aún somos menos!
y menos,
y menos,
y menos,
y menos,
cada día más.
¿No tengo derecho a quejarme, verdad? ¡Las mujeres tenemos
más privilegios!
Cuidado con quien subes al ascensor no te quedes encerrado…
Oiga, que ya lo he intentado todo; leyes por demanda, entrevistas de
trabajo, derecho a votación y pantalones de mujer. ¿¡Verdad!?¡Si ya está dicho!
¡Lo mismo dije yo! ¿Quién fue el que dijo lo del retroceso? Siempre había sido
así: el hombre por naturaleza es
superior.
Por qué tengo que convivir con el hecho de que nunca seré lo
que siempre he querido:
Respetada.
Querida y respetada.
Tratada de la misma manera.
El hombre y la mujer no somos iguales, pero eso no implica
ninguna diferencia:
tenemos el derecho a los mismos derechos,
tenemos el deber de los mismos deberes,
respetamos esperando un mismo respeto
tenemos y lo queremos AHORA.
Pues es que no sé ya qué decirle… no encuentro ninguna solución. Está
venga que dale, y dale, y dale, y dale… No, ninguna alergía. No toma
medicación. Búsqueme alguna manera nueva de callarla de una puta
vez, por favor.
Y no entiendo
por qué
tengo que
conformarme
con comerme una ensalada en vez de un filete con patas,
con escuchar de niños si yo no quiero hijos,
con salvarme de una hostia
porque soy mujer
¡o con recibirla por la misma razón!
Por qué cojones (y si quiero, los tengo) tengo que cruzar
las piernas en el metro
y eso de ‘’las señoritas no se comportan así’’
cobro menos y no me contratan por la posibilidad de un
embarazo…
¡quiero poder dar un paseo nocturno tranquilamente sin
riesgo de abuso sexual!
No quiero uñar largas, cera depilatoria, laca de pelo y faldas
de vuelo;
no quiero fregonas, quitamanchas milagrosos, pastillas
dietéticas ni cremas antiarrugas;
No quiero aspiradoras, carritos de bebé, revistas de prensa
rosa y que me saquen a bailar
¡No quiero escuchar más! ¡Ni una palabra más…!
¡¡Quiero ser una persona!! ¡¡Quiero ser chico, papá!!
Sí, espero...
(Texto parcialmente utilizado en el espectáculo Green-eyed Monster, Otelo, por LaNave en el teatro Calderón)