Hoy es uno de esos días en los que no encuentro las ganas de nada por ninguna parte. De esos que hacen que te pese el alma y que las ganas de vivir se arrastren por el suelo, junto a mi autoestima.
Hoy es un día de mierda.
No entiendo muy bien por qué, pero siempre que me enfado acabo triste. Son dos sentimientos que llevo ligados. Bueno, pensándolo bien, haga lo que haga siempre acabo triste, y no sé muy bien por qué, pero el enfado y el mal humor realmente me deprimen mucho, muchísimo. Y a mí hay muchas cosas que me molestan en esta vida, muchísimas. Y siempre ando cabreada por todo. Porque soy gilipollas. El principal problema soy yo, y me doy cuenta, pero el resto de la sociedad tampoco ayuda. Me cae mal la gente, lo siento. Me cae mal el mundo. Me caigo mal yo. No me tengo el más mínimo aprecio y eso hace que todo lo demás me repulse. Y más la gente que va en plan ''Oye, ¿estás bien?'' NO, JODER, NO ESTOY BIEN, NUNCA ESTOY BIEN, Y YA NO SÉ QUÉ HACER CON MI VIDA. ESTOY HASTA LOS COJONES DE TODO. Pero en lugar de eso digo ''Sí sí, claro, estoy bien''. Porque se me da bien mentir. Y me hundo en mi propia mierda. Y ni siquiera aquí soy yo misma porque sería demasiado peligroso. Estoy acostumbrada a ponerme una máscara y, llevando tanto tiempo con ella, no voy a quitármela ahora. Tengo problemas bastante mayores que por ningún motivo me voy a poner a narrar aquí. Tengo mi propia vida y mis propias preocupaciones, y cada cual tiene las suyas, y punto. Así que no, no estoy bien, pero tampoco voy a hacer nada por estarlo. Seguiré fingiendo porque por lo visto en esto soy alucinante y me hundiré yo sola hasta el fondo. Así que, por favor, dejad de decir qué os preocupa y qué no, de preguntar y de fingir interés. Porque todo es fingido. Porque en el fondo sé que estoy sola. Porque no me importa lo más mínimo, una se acostumbra. Todo el mundo tiene un secreto.